CIUDAD JUÁREZ, Chih. (apro).- Aun después de muertos, la activista y defensora de derechos humanos Josefina Reyes, sus tres hermanos y su hijo, sepultados en el panteón del municipio de Guadalupe Distrito Bravos, siguen sufriendo los embates de la violencia.
De acuerdo con habitantes de esta ciudad, el pasado miércoles 15 fueron arrancadas las cruces de las tumbas de los cinco integrantes de la familia Reyes Salazar, y luego arrojadas cerca de un retén militar.
La acción ocurrió poco después de que arribó a esta ciudad la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad, a la que se incorporó una de las hermanas de Josefina Reyes.
Días antes, el lunes 13, otro de los hermanos de la activista, Saúl Reyes, declaró desde El Paso, Texas, que la movilización encabezada por el poeta Javier Sicilia era realmente la “caravana de la esperanza”, pues la veía como una posibilidad para regresar a su pueblo, del que tuvo que salir por las constantes amenazas que él y su familia recibían.
“Es el sueño de todos los asilados. Yo quiero volver a llevar flores a la tumba de mis hermanos”. Dos días después de la declaración de Saúl Reyes, las cruces de las tumbas de sus hermanos aparecieron, algunas, tiradas cerca de un destacamento militar, y otras, en un cruce vial.
Elías y María Magdalena Reyes Salazar fueron los últimos integrantes de la familia sepultados en el panteón de Guadalupe Distrito Bravos, el 27 de febrero pasado, luego de que sus cadáveres fueron hallados dos días antes.
Ambos hermanos fueron secuestrados el 7 de febrero, junto con la esposa de Elías, Luisa Ornelas, quien también fue asesinada y sus restos trasladados a la comunidad de Caseta, en el municipio de Praxedis G. Guerrero.
En enero de 2010 fue ejecutada Josefina y seis meses después su hermano Rubén Reyes. Antes, en noviembre de 2008, el hijo de la activista, Julio César, fue desaparecido por soldados y luego asesinado.
Y más: Apenas nueve días después de que fueron secuestrados María Magdalena y Elías Salazar, así como la esposa de este último, la casa de Sara Salazar, la madre de las víctimas, fue incendiada luego de que hizo un llamado para que le fueran devueltos sus hijos y su nuera.
Frente a la casa calcinada, la adolorida madre sólo pudo decir: “Lo único que
quiero es que me devuelvan a mis hijos. Le pedí al gobierno que nos pusiera seguridad, pero no me ha contestado. El gimnasio de enfrente está lleno de soldados y no hicieron nada”.
De acuerdo con Amnistía Internacional, Josefina Reyes desempeñó un papel muy importante en las protestas contra la violencia en Ciudad Juárez, una de las más peligrosas del país.
La luchadora social defendía las causas sociales relacionadas con la represión, la violencia y la violación de los derechos humanos por parte del Ejército y los policías.
De acuerdo con habitantes de esta ciudad, el pasado miércoles 15 fueron arrancadas las cruces de las tumbas de los cinco integrantes de la familia Reyes Salazar, y luego arrojadas cerca de un retén militar.
La acción ocurrió poco después de que arribó a esta ciudad la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad, a la que se incorporó una de las hermanas de Josefina Reyes.
Días antes, el lunes 13, otro de los hermanos de la activista, Saúl Reyes, declaró desde El Paso, Texas, que la movilización encabezada por el poeta Javier Sicilia era realmente la “caravana de la esperanza”, pues la veía como una posibilidad para regresar a su pueblo, del que tuvo que salir por las constantes amenazas que él y su familia recibían.
“Es el sueño de todos los asilados. Yo quiero volver a llevar flores a la tumba de mis hermanos”. Dos días después de la declaración de Saúl Reyes, las cruces de las tumbas de sus hermanos aparecieron, algunas, tiradas cerca de un destacamento militar, y otras, en un cruce vial.
Elías y María Magdalena Reyes Salazar fueron los últimos integrantes de la familia sepultados en el panteón de Guadalupe Distrito Bravos, el 27 de febrero pasado, luego de que sus cadáveres fueron hallados dos días antes.
Ambos hermanos fueron secuestrados el 7 de febrero, junto con la esposa de Elías, Luisa Ornelas, quien también fue asesinada y sus restos trasladados a la comunidad de Caseta, en el municipio de Praxedis G. Guerrero.
En enero de 2010 fue ejecutada Josefina y seis meses después su hermano Rubén Reyes. Antes, en noviembre de 2008, el hijo de la activista, Julio César, fue desaparecido por soldados y luego asesinado.
Y más: Apenas nueve días después de que fueron secuestrados María Magdalena y Elías Salazar, así como la esposa de este último, la casa de Sara Salazar, la madre de las víctimas, fue incendiada luego de que hizo un llamado para que le fueran devueltos sus hijos y su nuera.
Frente a la casa calcinada, la adolorida madre sólo pudo decir: “Lo único que
De acuerdo con Amnistía Internacional, Josefina Reyes desempeñó un papel muy importante en las protestas contra la violencia en Ciudad Juárez, una de las más peligrosas del país.
La luchadora social defendía las causas sociales relacionadas con la represión, la violencia y la violación de los derechos humanos por parte del Ejército y los policías.
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