CHIHUAHUA, Chih., (proceso.com.mx).- La corporación de la Policía
Municipal de Guadalupe y Calvo renunció ayer después de que un grupo
delictivo los amenazó de muerte la madrugada del domingo.
Los pobladores de la cabecera municipal dieron a conocer meses antes que el control del municipio lo tiene el grupo delictivo encabezado por Joaquín, “El Chapo”, Guzmán. Entre el 26 y 29 de julio, los sicarios arrebataron las armas a todos los agentes; posteriormente exigieron diez mil pesos a cada uno para recuperarlas.
La Fiscalía General del Estado informó que envió agentes de la Policía Ministerial para apoyar a la población.
La tensión de los ciudadanos es constante, y más aún desde el 19 de mayo pasado, cuando ejecutaron al comandante de Seguridad Pública, Eleazar Salas Martínez. Hay presencia del Ejército Mexicano, pero aseguran que de nada ha servido.
Los pobladores claman por ayuda ante el inminente peligro en el que viven; cocheras particulares y calles son tomadas como retenes de sicarios para intimidarlos, ante la incapacidad de todos los niveles de gobierno.
Además, hay un subregistro de homicidios dolosos en Guadalupe y Calvo, así como secuestros y desapariciones involuntarias; la presidencia municipal permanece cerrada.
Los pobladores de la cabecera municipal dieron a conocer meses antes que el control del municipio lo tiene el grupo delictivo encabezado por Joaquín, “El Chapo”, Guzmán. Entre el 26 y 29 de julio, los sicarios arrebataron las armas a todos los agentes; posteriormente exigieron diez mil pesos a cada uno para recuperarlas.
La Fiscalía General del Estado informó que envió agentes de la Policía Ministerial para apoyar a la población.
La tensión de los ciudadanos es constante, y más aún desde el 19 de mayo pasado, cuando ejecutaron al comandante de Seguridad Pública, Eleazar Salas Martínez. Hay presencia del Ejército Mexicano, pero aseguran que de nada ha servido.
Los pobladores claman por ayuda ante el inminente peligro en el que viven; cocheras particulares y calles son tomadas como retenes de sicarios para intimidarlos, ante la incapacidad de todos los niveles de gobierno.
Además, hay un subregistro de homicidios dolosos en Guadalupe y Calvo, así como secuestros y desapariciones involuntarias; la presidencia municipal permanece cerrada.