En Chihuahua ya no hay apaches, ¡pero cómo hubo apapachos el sábado pasado! El gobernador Duarte llegó a su Primer Informe de Gobierno echando tiros.
(Eh, perdón: aclaremos que fue el gobernador César Duarte de Chihuahua, quien llegó a su informe echando tiros, el otro Duarte gobernador, Javier, de Veracruz todavía no rinde su primer informe. Y en cuanto a tiros él no echa, se pasa esquivándolos, incluso morteros de fuego amigo).
Pues bien, decíamos que César Duarte Jáquez llegó a su evento informativo echando tiros, porque estaba flanqueado por tres beldades: Ivonne Ortega, gobernadora de Yucatán, Beatriz Paredes, diputada, y Enrique Peña Nieto, ex gobernador del Estado de México.
Y unas dos mil personas reunidas en el Centro de Convenciones de Chihuahua, se olvidaron de 2 de las beldades, para proclamar una sola verdad:
"¡Enrique, Presidente. Enrique Presidente!".
El mismo anfitrión, que parecía invitado a su informe de gobierno, le dijo: "Gracias, Enrique, por acompañarnos. Chihuahua le apuesta sin titubeos al proyecto que tú encabezas".
Y le apuesta sin miedo a que le quemen el casino, pues Duarte ha disminuido la inseguridad.
Peña Nieto va camino a la candidatura sin complicaciones y de ahí a Los Pinos, según los priistas pero, sobre todo, según las priistas. Una aureola de adhesión política y otra de adoración femenina envuelven al mexiquense.
Mientras César Duarte informaba que en un año detuvo a 257 secuestradores y resolvió todos los casos denunciados, las damas presentes querían raptarse a Peña.
Mientras Duarte señalaba que fue el primero en implantar para estos y otros delitos graves la cadena perpetua, las señoras soñaban con estar con Peña hasta que la muerte los separe.
Informaba Duarte qe ante la escasez de profesionales ha impulsado la creación de facultades de Medicina, pero las señoras solo querían estudiar la anatomía del guapo precandidato.
Habrá logrado el gobierno norteño abatir los feminicidios, pero a todas las damas de la audiencia las traía muertas el esposo de La Gaviota.
La gran mayoría de los mandatarios priistas arroparon al gobernador Duarte, y casi desnudaron, como si fuera ídolo de rock, al ex gobernador Peña. Por cierto: ¿ya se dieron cuenta de que tiene cierto parecido con Rock Hudson, aquel actor de Hollywood? Aunque solo en lo físico, conste: este Quique es gavilán, no paloma: pregúntele a la Gaviota.
Desde Mariano González quien manda en Tlaxcala, con perdón de doña Beatriz, hasta Erubiel Ávila, quien gobierna al Edomex, con permiso de Peña Nieto. Lo mismo Miguel Alonso Reyes, el que en Zacatecas le puso zapato a Amalia García, que Fernando Toranzo, a quien
estuvieron a punto de darle un zapatazo en San Luis. El poblano Rafael Moreno Valle y el sinaloense Malova, ambos priistas arrepentidos, que podrían volver a arrepentirse, pero al revés, por las muestras de afecto prodigadas al Gelboy.
Y éste, ya sin ambages, aceptó que va por la Presidencia, llueva o eltruene. Como le dijo el caballero de la tercera edad a la insistente sexoservidora:
(Eh, perdón: aclaremos que fue el gobernador César Duarte de Chihuahua, quien llegó a su informe echando tiros, el otro Duarte gobernador, Javier, de Veracruz todavía no rinde su primer informe. Y en cuanto a tiros él no echa, se pasa esquivándolos, incluso morteros de fuego amigo).
Pues bien, decíamos que César Duarte Jáquez llegó a su evento informativo echando tiros, porque estaba flanqueado por tres beldades: Ivonne Ortega, gobernadora de Yucatán, Beatriz Paredes, diputada, y Enrique Peña Nieto, ex gobernador del Estado de México.
Y unas dos mil personas reunidas en el Centro de Convenciones de Chihuahua, se olvidaron de 2 de las beldades, para proclamar una sola verdad:
"¡Enrique, Presidente. Enrique Presidente!".
El mismo anfitrión, que parecía invitado a su informe de gobierno, le dijo: "Gracias, Enrique, por acompañarnos. Chihuahua le apuesta sin titubeos al proyecto que tú encabezas".
Y le apuesta sin miedo a que le quemen el casino, pues Duarte ha disminuido la inseguridad.
Peña Nieto va camino a la candidatura sin complicaciones y de ahí a Los Pinos, según los priistas pero, sobre todo, según las priistas. Una aureola de adhesión política y otra de adoración femenina envuelven al mexiquense.
Mientras César Duarte informaba que en un año detuvo a 257 secuestradores y resolvió todos los casos denunciados, las damas presentes querían raptarse a Peña.
Mientras Duarte señalaba que fue el primero en implantar para estos y otros delitos graves la cadena perpetua, las señoras soñaban con estar con Peña hasta que la muerte los separe.
Informaba Duarte qe ante la escasez de profesionales ha impulsado la creación de facultades de Medicina, pero las señoras solo querían estudiar la anatomía del guapo precandidato.
Habrá logrado el gobierno norteño abatir los feminicidios, pero a todas las damas de la audiencia las traía muertas el esposo de La Gaviota.
La gran mayoría de los mandatarios priistas arroparon al gobernador Duarte, y casi desnudaron, como si fuera ídolo de rock, al ex gobernador Peña. Por cierto: ¿ya se dieron cuenta de que tiene cierto parecido con Rock Hudson, aquel actor de Hollywood? Aunque solo en lo físico, conste: este Quique es gavilán, no paloma: pregúntele a la Gaviota.
Desde Mariano González quien manda en Tlaxcala, con perdón de doña Beatriz, hasta Erubiel Ávila, quien gobierna al Edomex, con permiso de Peña Nieto. Lo mismo Miguel Alonso Reyes, el que en Zacatecas le puso zapato a Amalia García, que Fernando Toranzo, a quien
estuvieron a punto de darle un zapatazo en San Luis. El poblano Rafael Moreno Valle y el sinaloense Malova, ambos priistas arrepentidos, que podrían volver a arrepentirse, pero al revés, por las muestras de afecto prodigadas al Gelboy.
Y éste, ya sin ambages, aceptó que va por la Presidencia, llueva o eltruene. Como le dijo el caballero de la tercera edad a la insistente sexoservidora:
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