La agencia espacial de EEUU abandonó ayer toda esperanza de recibir noticias desde Marte enviadas por el Spirit, uno de sus vehículos robóticos más duros de pelar. Cuando aterrizó en Marte en 2004, el cochecito de 180 kilos estaba diseñado para durar tres meses. En lugar de esto exploró la superficie del planeta rojo durante seis años y siguió transmitiendo datos hasta después de quedar atascado para siempre el año pasado en un cráter del hemisferio sur del planeta llamado Troya.
La última vez que el centro de seguimiento terrestre tuvo noticias del Spirit fue en marzo de 2010. Tras perder dos de sus seis ruedas y carecer de tracción y energía suficientes para salir de su trampa, el vehículo se preparó para hibernar en lo que la NASA reconoció que sería su invierno más duro. La agencia señaló que el artefacto podría resucitar tras el invierno si el termómetro no bajaba de 55 grados bajo cero, algo perfectamente posible en Marte.
El vehículo habría perecido en el cráter donde quedó atascado en 2010
El polvo se ha acumulando desde entonces en los paneles solares, haciendo más complicada una vuelta a la vida, que, sin embargo, los expertos de la NASA nunca descartaron. Hasta ahora. "Los ingenieros han señalado en los últimos meses que hay una probabilidad muy baja de recuperar la comunicación con el Spirit", señaló ayer la NASA en una nota. En ella también advierte de que las antenas y los recursos que hasta ahora se usaban para intentar oír el "he vuelto" del Spiritdeben ahora usarse para organizar el viaje de la nueva generación de vehículos. Estará encarnada por el Curiosity, que será lanzado a final de año y aterrizará en Marte en verano de 2012.
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