Sin mayores oportunidades educativas, culturales y de sana
recreación, en el norponiente, centro-poniente y suroriente de Ciudad Juárez
se concentra la mayor cantidad de pandillas y menores que delinquen.
Lo anterior de acuerdo con el Sistema de Información Geográfica de la
Violencia en el municipio de Juárez, Chihuahua: Geo-referencia y su
Comportamiento Espacial en el Contexto Urbano y Rural (Sigvida),
coordinado por los investigadores Luis Cervera Gómez y Julia Monárrez
Fragoso del Colegio de la Frontera Norte (Colef), financiado por la Comisión
Nacional para Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim).
En el análisis, el investigador encontró "una relación directa con las zonas
donde delinquen menores de edad y las áreas donde se ubican las pandillas,
con las zonas donde no hay preparatorias".
Los estudios de violencia en Ciudad Juárez señalan que existe una alta
relación de las regiones críticas de la delincuencia juvenil con la falta de
equipamiento e infraestructura urbana.
"El ejemplo más contundente es la falta de escuelas preparatorias donde se
da la delincuencia juvenil. Es
importante destacar que el promedio de edad del delincuente juvenil es de 16
años, la edad en que deberían estar estudiando en el nivel medio superior",
destacó Cervera Gómez.
Pero no sólo es la falta de escuelas, también la oportunidad de accesos a
instalaciones recreativas, agregó.
"Es evidente la falta de parques o áreas verdes, estadios, cines,
dependencias, bibliotecas, hospitales" Y estos déficits coinciden con las
regiones críticas o hotspots, donde se propician o se generan las condiciones
urbanas que conducen a que los jóvenes delincan".
Para detectar las zonas en donde habita la mayoría de los delincuentes
juveniles se tomó como referencia un total de dos mil 456 menores que
cumplieron alguna
sentencia dentro de la Escuela de Mejoramiento Social para Menores (EMSPM)
del 2007 al 2010, de ellos 213 casos son mujeres, que equivalen el 8.68 por
ciento.
Los resultados arrojaron tres zonas importantes en función al número de
casos. La primera es el norponiente, con las colonias Anapra, Ampliación
Fronteriza, Felipe Ángeles, Plutarco Elías Calles y Chaveña, con un importante
número de casos.
El segundo sitio o zona crítica se encuentra en el centro-poniente, en las
colonias División del Norte, Granjas de Chapultepec y Aztecas.
Mientras que el suroriente conforma la tercera región crítica, con las colonias
Riberas del Bravo, Tierra Nueva,
Parajes de Oriente, Hacienda de las Torres, Morelos III y Héroes de la
Revolución.
Se encontró además que el 94. 74 por ciento de los menores delincuentes cae
en un rango de edad de 14 a 17 años. El 34.11 por ciento de los jóvenes tenía
17 años, el 28.89 por ciento tenía 16 años, el 20.29 por ciento 15 años y el 11.45
por ciento 14 años.
Dentro de la población de la EMSPM se estima que el 46.9 por ciento de los
hombres tiene un rezago o un déficit en su educación, al tener una edad no
óptima para su nivel de estudio o tener la mayoría de edad y no haber
terminado la educación básica.
Para el 47 por ciento de los hombres su nivel educativo es secundaria,
mientras que el 30.9 por ciento reportó la primaria como nivel de estudios.
En el caso de las mujeres, el 39.9 por ciento tenía un déficit en su educación o
un rezago educativo. El 31.5 por ciento declaró estar estudiando o haberse
quedado en el nivel de secundaría, y el 31.5 por ciento se quedó en nivel
primaria.
Un total de 776 menores, equivalente al 31.6 por ciento, no tenía ningún tipo de
ocupación, o sea que era "nini", como se conoce a aquellos que ni estudian,
ni trabajan.
De las mujeres, el 51.6 por ciento perteneció al grupo de las "ninis", o sea el
29.1 por ciento.
"México sufre una época donde el Estado y la sociedad se ven débiles en su
lucha contra el crimen organizado, el cual ha tomado los espacios públicos de
varias ciudades de nuestro país, y en particular en Ciudad Juárez", señala el
estudio.
MÁS PANDILLAS AL SURORIENTE
En el caso de las pandillas persisten los problemas en el poniente de Ciudad
Juárez, sin embargo hay una intensificación en las zonas del suroriente,
porque no existen las condiciones para una buena calidad de vida y para que
los jóvenes se integren en otras actividades, agregó.
Dijo que los nuevos desarrollos urbanos del 2005 al 2011 están creciendo sin
planificación y equipamiento correcto, y sin tomar medidas para revertir estos
procesos.
Las colonias de mayor concentración de pandillas son Paquimé, Praderas de
Henequén, Manuel Valdez.
A éstas le siguen Zaragoza Distrito Bravos, Salvárcar, Rincones del Sur,
Morelos I y Morelos II, al suroriente de la ciudad.
Mientras que en el norponiente, aunque en menor concentración, prevalencen
las colonias Del Carmen, Gregorio M. Solís, Ignacio Aldama, Barrio Alto, El
Barreal, Bugambilias y Ex Hipódromo.
Al respecto, el policía primero Roberto Julián Álvarez Gutiérrez, coordinador de Prevención Social de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM),
destacó el hecho de que en la actualidad las pandillas están siendo
absorbidas por las grades bandas.
"Antes estaban organizadas, pero muy aisladas, y las grandes bandas
comenzaron a reclutarlas; antes eran pandillas, ahora forman parte de las
grandes bandas, porque son fácil de ser reclutados"
"Desafortunadamente, si la guerra la perdemos es porque están los niños en
medio. Y mientras sigan absorbiendo menores, ¿ya qué más nos espera"
Cuando empiezan los mejores a ser involucrados en este tipo de eventos es
de pensarse".
"Los menores son influenciados por el hecho de traer un arma, de verse
mejor, y por el sistema monetario".
Las causas, dijo, son variables. Hay casos en los que los jóvenes se refugian
en las pandillas ante la desintegración familiar, y otras en donde está bien
fundamentada la familia pero no hay supervisión hacía ellos.
A veces papá y mamá son excelentes padres de familia, pero no supervisan a
sus hijos. No supervisan lo que ven en Internet y no cuidan con quién se
están reuniendo.
"La supervisión no es tiránica, es de contacto social, padres e hijos", aseguró.
Existen niños de siete, ocho años que se van reuniendo y son liderados por
uno más grande; y se vuelven susceptibles a ingresar a una pandilla que ya
esté bien formada en la colonia.
"Se organizan en un grupo de seis, siete, ocho de ellos y empiezan a
delinquir, tal vez por juego, por emoción, por reto, para ver qué dicen las
muchachas de ellos, para que vean los demás que eres muy valiente, y se
atreven a delinquir", dijo quien aseguró también desconocer el número total
de pandillas en la ciudad.
recreación, en el norponiente, centro-poniente y suroriente de Ciudad Juárez
se concentra la mayor cantidad de pandillas y menores que delinquen.
Lo anterior de acuerdo con el Sistema de Información Geográfica de la
Violencia en el municipio de Juárez, Chihuahua: Geo-referencia y su
Comportamiento Espacial en el Contexto Urbano y Rural (Sigvida),
coordinado por los investigadores Luis Cervera Gómez y Julia Monárrez
Fragoso del Colegio de la Frontera Norte (Colef), financiado por la Comisión
Nacional para Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim).
En el análisis, el investigador encontró "una relación directa con las zonas
donde delinquen menores de edad y las áreas donde se ubican las pandillas,
con las zonas donde no hay preparatorias".
Los estudios de violencia en Ciudad Juárez señalan que existe una alta
relación de las regiones críticas de la delincuencia juvenil con la falta de
equipamiento e infraestructura urbana.
"El ejemplo más contundente es la falta de escuelas preparatorias donde se
da la delincuencia juvenil. Es
importante destacar que el promedio de edad del delincuente juvenil es de 16
años, la edad en que deberían estar estudiando en el nivel medio superior",
destacó Cervera Gómez.
Pero no sólo es la falta de escuelas, también la oportunidad de accesos a
instalaciones recreativas, agregó.
"Es evidente la falta de parques o áreas verdes, estadios, cines,
dependencias, bibliotecas, hospitales" Y estos déficits coinciden con las
regiones críticas o hotspots, donde se propician o se generan las condiciones
urbanas que conducen a que los jóvenes delincan".
Para detectar las zonas en donde habita la mayoría de los delincuentes
juveniles se tomó como referencia un total de dos mil 456 menores que
cumplieron alguna
sentencia dentro de la Escuela de Mejoramiento Social para Menores (EMSPM)
del 2007 al 2010, de ellos 213 casos son mujeres, que equivalen el 8.68 por
ciento.
Los resultados arrojaron tres zonas importantes en función al número de
casos. La primera es el norponiente, con las colonias Anapra, Ampliación
Fronteriza, Felipe Ángeles, Plutarco Elías Calles y Chaveña, con un importante
número de casos.
El segundo sitio o zona crítica se encuentra en el centro-poniente, en las
colonias División del Norte, Granjas de Chapultepec y Aztecas.
Mientras que el suroriente conforma la tercera región crítica, con las colonias
Riberas del Bravo, Tierra Nueva,
Parajes de Oriente, Hacienda de las Torres, Morelos III y Héroes de la
Revolución.
Se encontró además que el 94. 74 por ciento de los menores delincuentes cae
en un rango de edad de 14 a 17 años. El 34.11 por ciento de los jóvenes tenía
17 años, el 28.89 por ciento tenía 16 años, el 20.29 por ciento 15 años y el 11.45
por ciento 14 años.
Dentro de la población de la EMSPM se estima que el 46.9 por ciento de los
hombres tiene un rezago o un déficit en su educación, al tener una edad no
óptima para su nivel de estudio o tener la mayoría de edad y no haber
terminado la educación básica.
Para el 47 por ciento de los hombres su nivel educativo es secundaria,
mientras que el 30.9 por ciento reportó la primaria como nivel de estudios.
En el caso de las mujeres, el 39.9 por ciento tenía un déficit en su educación o
un rezago educativo. El 31.5 por ciento declaró estar estudiando o haberse
quedado en el nivel de secundaría, y el 31.5 por ciento se quedó en nivel
primaria.
Un total de 776 menores, equivalente al 31.6 por ciento, no tenía ningún tipo de
ocupación, o sea que era "nini", como se conoce a aquellos que ni estudian,
ni trabajan.
De las mujeres, el 51.6 por ciento perteneció al grupo de las "ninis", o sea el
29.1 por ciento.
"México sufre una época donde el Estado y la sociedad se ven débiles en su
lucha contra el crimen organizado, el cual ha tomado los espacios públicos de
varias ciudades de nuestro país, y en particular en Ciudad Juárez", señala el
estudio.
MÁS PANDILLAS AL SURORIENTE
En el caso de las pandillas persisten los problemas en el poniente de Ciudad
Juárez, sin embargo hay una intensificación en las zonas del suroriente,
porque no existen las condiciones para una buena calidad de vida y para que
los jóvenes se integren en otras actividades, agregó.
Dijo que los nuevos desarrollos urbanos del 2005 al 2011 están creciendo sin
planificación y equipamiento correcto, y sin tomar medidas para revertir estos
procesos.
Las colonias de mayor concentración de pandillas son Paquimé, Praderas de
Henequén, Manuel Valdez.
A éstas le siguen Zaragoza Distrito Bravos, Salvárcar, Rincones del Sur,
Morelos I y Morelos II, al suroriente de la ciudad.
Mientras que en el norponiente, aunque en menor concentración, prevalencen
las colonias Del Carmen, Gregorio M. Solís, Ignacio Aldama, Barrio Alto, El
Barreal, Bugambilias y Ex Hipódromo.
Al respecto, el policía primero Roberto Julián Álvarez Gutiérrez, coordinador de Prevención Social de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM),
destacó el hecho de que en la actualidad las pandillas están siendo
absorbidas por las grades bandas.
"Antes estaban organizadas, pero muy aisladas, y las grandes bandas
comenzaron a reclutarlas; antes eran pandillas, ahora forman parte de las
grandes bandas, porque son fácil de ser reclutados"
"Desafortunadamente, si la guerra la perdemos es porque están los niños en
medio. Y mientras sigan absorbiendo menores, ¿ya qué más nos espera"
Cuando empiezan los mejores a ser involucrados en este tipo de eventos es
de pensarse".
"Los menores son influenciados por el hecho de traer un arma, de verse
mejor, y por el sistema monetario".
Las causas, dijo, son variables. Hay casos en los que los jóvenes se refugian
en las pandillas ante la desintegración familiar, y otras en donde está bien
fundamentada la familia pero no hay supervisión hacía ellos.
A veces papá y mamá son excelentes padres de familia, pero no supervisan a
sus hijos. No supervisan lo que ven en Internet y no cuidan con quién se
están reuniendo.
"La supervisión no es tiránica, es de contacto social, padres e hijos", aseguró.
Existen niños de siete, ocho años que se van reuniendo y son liderados por
uno más grande; y se vuelven susceptibles a ingresar a una pandilla que ya
esté bien formada en la colonia.
"Se organizan en un grupo de seis, siete, ocho de ellos y empiezan a
delinquir, tal vez por juego, por emoción, por reto, para ver qué dicen las
muchachas de ellos, para que vean los demás que eres muy valiente, y se
atreven a delinquir", dijo quien aseguró también desconocer el número total
de pandillas en la ciudad.
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