LONDRES (Reuters) - Mientras Britney Spears se prepara para lanzar el martes su séptimo álbum de estudio, "Femme Fatale", la estrella del pop se enfrenta a la reñida competencia de Lady Gaga, Katie Perry y Rihanna, que reinan en las listas de éxitos.
El dominio esta semana de sus rivales más jóvenes podría ser una coincidencia (de hecho, Spears ya lideró recientemente el ranking con "Hold It Against Me"), pero la situación es un recordatorio de lo abarrotado que está el mercado de las divas del pop desde que Spears ascendiera la fama siendo adolescente.
Poca duda cabe de que sus fans le asegurarán unas elevadas ventas (Spears ha vendido cerca de 70 millones de discos, según Jive Record), y su música vuelve a acaparar titulares de nuevo, a pesar de sus altibajos emocionales, una batalla por la custodia de sus hijos y sus períodos de rehabilitación.
Spears comenzó a promocionar el disco el viernes, con una actuación en un club nocturno de Las Vegas. El domingo dio en San Francisco un mini-concierto en el que se agotaron las localidades, y el martes tiene previsto acudir al programa de televisión "Good Morning, America".
Pero, después más de 10 años en el negocio de la música, Spears, que ahora tiene 29, tendrá que hacer algo más para mantener la fama en la era de Lady Gaga, como asegura la crítica.
"La antigua diva del uniforme escolar ha tenido que enfrentarse al surgimiento de Lady Gaga, Rihanna y Katie Perry, una nueva oleada de osadas artistas que dejan su huella a la vez que, aparentemente, ejercitan un mayor control creativo", afirmó Adrian Thrills, del Daily Mail.
CRITICAS VARIAN AMPLIAMENTE
Entre las más positivas está la de la revista Rolling Stone, que le ha dado cuatro estrellas, asegurando que podría ser "el mejor disco de Britney", describiéndolo como "un disco de fiesta lleno de sexo y melancolía".
El dominio esta semana de sus rivales más jóvenes podría ser una coincidencia (de hecho, Spears ya lideró recientemente el ranking con "Hold It Against Me"), pero la situación es un recordatorio de lo abarrotado que está el mercado de las divas del pop desde que Spears ascendiera la fama siendo adolescente.
Poca duda cabe de que sus fans le asegurarán unas elevadas ventas (Spears ha vendido cerca de 70 millones de discos, según Jive Record), y su música vuelve a acaparar titulares de nuevo, a pesar de sus altibajos emocionales, una batalla por la custodia de sus hijos y sus períodos de rehabilitación.
Spears comenzó a promocionar el disco el viernes, con una actuación en un club nocturno de Las Vegas. El domingo dio en San Francisco un mini-concierto en el que se agotaron las localidades, y el martes tiene previsto acudir al programa de televisión "Good Morning, America".
Pero, después más de 10 años en el negocio de la música, Spears, que ahora tiene 29, tendrá que hacer algo más para mantener la fama en la era de Lady Gaga, como asegura la crítica.
"La antigua diva del uniforme escolar ha tenido que enfrentarse al surgimiento de Lady Gaga, Rihanna y Katie Perry, una nueva oleada de osadas artistas que dejan su huella a la vez que, aparentemente, ejercitan un mayor control creativo", afirmó Adrian Thrills, del Daily Mail.
CRITICAS VARIAN AMPLIAMENTE
Entre las más positivas está la de la revista Rolling Stone, que le ha dado cuatro estrellas, asegurando que podría ser "el mejor disco de Britney", describiéndolo como "un disco de fiesta lleno de sexo y melancolía".
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