El día de ayer en Nueva York fue presentado el informe de la Comisión Global sobre Drogas, que incluye entre sus miembros a escritores como Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa, a ex presidentes latinoamericanos como César Gaviria, Fernando Henrique Cardoso y Ernesto Zedillo, y a ex funcionarios globales como Kofi Annan y Javier Solana.
Apenas puede pedirse un tono más claro, enérgico y documentado sobre el problema de las drogas ilegales y sobre el fracaso de la solución punitiva practicada hasta ahora.
Entre 1998, año en que los países miembros de la ONU firmaron el acuerdo de la lucha contra la drogas, y 2008, último del que hay información global en la propia ONU, el consumo de drogas no ha hecho sino aumentar en el mundo: el consumo de opiáceos creció 34 por ciento, el de cocaína 27 por ciento y el de mariguana 14 por ciento.
“La guerra global contra las drogas ha fracasado”, concluye la comisión. “Las aparentes victorias en eliminar una fuente o una organización de tráfico son negadas casi instantáneamente por la emergencia de otras fuentes y traficantes.”
Las recomendaciones de la comisión tampoco podrían ser más claras. He aquí algunas:
1. Terminar con la criminalización, la marginalización y la estigmatización de las personas que usan drogas pero que no hacen ningún daño a otros.
2. Alentar a los gobiernos a que experimenten con modelos de regulación legal de las drogas (en especial respecto de la mariguana).
3. Ofrecer servicios de salud y tratamiento a los que los necesiten, aboliendo las prácticas abusivas llevadas a cabo en nombre del tratamiento, como la internación forzada, que atentan contra los derechos humanos.
4. Aplicar estos mismos criterios de trato y respeto a los segmentos inferiores del tráfico, como campesinos, correos y pequeños vendedores, ya que encarcelar a “estas personas ha llenado prisiones y destruido vidas y familias, sin por ello reducir la disponibilidad de drogas ilegales o el poder de las organizaciones criminales”.
5. Concentrar “las acciones represivas en las organizaciones criminales violentas”, para “socavar su poder y su alcance”, dando “prioridad a la reducción de la violencia”.
6. No concentrar los esfuerzos “en reducir los mercados de drogas per se, sino más bien en reducir sus daños en los individuos, las comunidades y en la seguridad nacional”.
El informe no tiene desperdicio de información ni de reflexión.
Puede consultarse íntegro en: www.Globalcommissionondrugs.org.
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