AVN .- El secretario de Seguridad Pública Federal de México, Genaro García Luna, reconoció que organizaciones criminales financian a policías municipales con mil 270 millones de pesos mensuales, alrededor de 105 millones de dólares.
El funcionario hizo esta afirmación al participar en el foro internacional Hacia un modelo policial para el México del siglo XXI, informó este viernes el diario La Jornada.
García Luna aseveró que “la delincuencia financia con unos mil 270 millones de pesos cada mes a las policías municipales, porque es la parte del salario que no paga el Estado a los uniformados para que tengan una vida digna".
En el encuentro, convocado por la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), sostuvo que de los 165 mil 510 agentes municipales en el país, 20% gana menos de mil pesos al mes y otro 40% obtiene ingresos por un máximo de 4 mil cada 30 días.
Indicó que luego de encontrarse una lista de policías reclutados por grupos narcotraficantes, los uniformados reciben entre 4 y 5 mil pesos mensuales como compensación.
Sostuvo además que si a todos los agentes municipales se les homologara el salario, el déficit sería de mil 270 millones de pesos.
García Luna aseveró que al no pagar lo que corresponde a los policías “eso es igual a corrupción”, razón por la cual el faltante “lo financia el hampa”.
Esta parte del financiamiento a las policías municipales y los gastos que se requieren para que funcionen adecuadamente no consideran las necesidades de uniformes ni costos operativos, porque solamente se está hablando de salarios.
También refirió que uno de los problemas es que en dos años se han perdido inversiones por el orden de los 10 mil millones de pesos en capacitación.
García Luna expuso que las policías municipales representan alrededor de 40% del total del estado de fuerza del país y no combaten el delito, ya que solamente se dedican al cumplimiento de los lineamientos de sus jurisdicciones.
Durante la reunión también participaron especialistas de Chile, España y Francia, quienes coincidieron en que los problemas de seguridad no están en las corporaciones policiales, sino en las personas que las integran y a las que se debe capacitar y aplicar estrictos controles de confianza.
El agregado del Ministerio del Interior en la Embajada de España en México, Iñaki Oses Zurbano, afirmó que “nadie debe hacerse rico ni puede hacerse rico por trabajar en la policía”.
“Debe ser una labor digna que le haga pensar dos veces antes de unirse a los criminales a cambio de dinero”, manifestó el diplomático.
Desde la asunción a la presidencia de Felipe Calderón el 1 de diciembre de 2006, la violencia, desatada tanto por el narcotráfico como por las fuerzas de seguridad mexicana, aumentó de forma vertiginosa.
A poco de iniciado el gobierno, el entonces subsecretario de Política Criminal de la Seguridad Pública Federal de México, Rafael Ríos, admitió que el Estado es vulnerable ante el narcotráfico y el crimen organizado.
En ese momento el funcionario reconoció que el crimen organizado penetró en las policías del país y agregó que “hay debilidades estructurales” en las fuerzas, ya que no se cuenta con las herramientas suficientes para poder trabajar de manera coordinada.
El funcionario hizo esta afirmación al participar en el foro internacional Hacia un modelo policial para el México del siglo XXI, informó este viernes el diario La Jornada.
García Luna aseveró que “la delincuencia financia con unos mil 270 millones de pesos cada mes a las policías municipales, porque es la parte del salario que no paga el Estado a los uniformados para que tengan una vida digna".En el encuentro, convocado por la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), sostuvo que de los 165 mil 510 agentes municipales en el país, 20% gana menos de mil pesos al mes y otro 40% obtiene ingresos por un máximo de 4 mil cada 30 días.
Indicó que luego de encontrarse una lista de policías reclutados por grupos narcotraficantes, los uniformados reciben entre 4 y 5 mil pesos mensuales como compensación.
Sostuvo además que si a todos los agentes municipales se les homologara el salario, el déficit sería de mil 270 millones de pesos.
García Luna aseveró que al no pagar lo que corresponde a los policías “eso es igual a corrupción”, razón por la cual el faltante “lo financia el hampa”.
Esta parte del financiamiento a las policías municipales y los gastos que se requieren para que funcionen adecuadamente no consideran las necesidades de uniformes ni costos operativos, porque solamente se está hablando de salarios.
También refirió que uno de los problemas es que en dos años se han perdido inversiones por el orden de los 10 mil millones de pesos en capacitación.
García Luna expuso que las policías municipales representan alrededor de 40% del total del estado de fuerza del país y no combaten el delito, ya que solamente se dedican al cumplimiento de los lineamientos de sus jurisdicciones.
Durante la reunión también participaron especialistas de Chile, España y Francia, quienes coincidieron en que los problemas de seguridad no están en las corporaciones policiales, sino en las personas que las integran y a las que se debe capacitar y aplicar estrictos controles de confianza.
El agregado del Ministerio del Interior en la Embajada de España en México, Iñaki Oses Zurbano, afirmó que “nadie debe hacerse rico ni puede hacerse rico por trabajar en la policía”.
“Debe ser una labor digna que le haga pensar dos veces antes de unirse a los criminales a cambio de dinero”, manifestó el diplomático.
Desde la asunción a la presidencia de Felipe Calderón el 1 de diciembre de 2006, la violencia, desatada tanto por el narcotráfico como por las fuerzas de seguridad mexicana, aumentó de forma vertiginosa.
A poco de iniciado el gobierno, el entonces subsecretario de Política Criminal de la Seguridad Pública Federal de México, Rafael Ríos, admitió que el Estado es vulnerable ante el narcotráfico y el crimen organizado.
En ese momento el funcionario reconoció que el crimen organizado penetró en las policías del país y agregó que “hay debilidades estructurales” en las fuerzas, ya que no se cuenta con las herramientas suficientes para poder trabajar de manera coordinada.
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